lunes, 18 de julio de 2011

¿Qué es la conciencia? (I)

Por Miguel Á. Ortega
¿Qué es la conciencia? Realmente, aún no lo sabemos, aunque en opinión de neurólogos como Francisco Rubia, Catedrático de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, “será la búsqueda del sustrato neurobiológico de la conciencia lo que transformará la imagen que tenemos de nosotros mismos y del mundo” [i] 
La neurociencia intenta localizar el sustrato biológico de la conciencia escudriñando el cerebro gracias a las nuevas técnicas, como la tomografía computerizada por emisión de un solo fotón (SPECT) o la emisión de imágenes de resonancia magnética. Algunos investigadores, como el Premio Nobel Francis Crick, afirman haber localizado la ubicación de la conciencia e identificado los mecanismos neuronales que la hacen posible.
La investigación de otros neurocientíficos, como los canadienses Mario Beauregard y Vicent Paquette, se ha centrado en la facultad del cerebro para vivir experiencias místicas, identificando las regiones cerebrales implicadas en la desconexión del “yo” y en la sensación de frontera entre el propio cuerpo y el resto del espacio.
Estos trabajos no pretenden sólo conocer más acerca de la facultad del ser humano de percibirse como un ente separado y de generar complejos procesos mentales. Su finalidad es también desarrollar nuevos tratamientos para diversas enfermedades neurológicas y trastornos mentales.
Pero los neurólogos no son los únicos que persiguen “el secreto de la conciencia”. Ni tampoco los primeros. La investigación sobre la conciencia se remonta, prácticamente, al principio de los tiempos. Porque, en realidad, tras las preguntas sobre la naturaleza de la conciencia se esconde el misterio sobre la identidad humana y sobre el Universo. Todas las grandes confesiones y tradiciones religiosas, como el Judaísmo, el Cristianismo, el Islam, el Hinduismo o el Budismo han desarrollado métodos introspectivos para ampliar el conocimiento sobre la  “realidad última”, lo cual requeriría elevar el nivel de conciencia, como se desvela en numerosos textos fechados en diferentes épocas. Hay un sustrato común a todas estas tradiciones religiosas, que es lo que filósofos de gran renombre como Ken Wilber (que es también bioquímico) denominan “sabiduría perenne”.


[i] Declaraciones de Francisco Rubia a la revista digital Tendencias 21


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