jueves, 12 de enero de 2012

Desacelera, y tu tiempo durará más



“Creemos que, para vivir la vida amablemente con los demás y con el entorno es preciso tomarse tiempo, tiempo para contemplar, para pensar, para escuchar, para compartir… Tiempo para el silencio y la soledad y tiempo para la compañía y el disfrute colectivo… Tiempo para la reflexión y el dolor, cuando llegan, y tiempo para la solidaridad con todo lo vivo…” Estas líneas, entresacadas de www.slowpeople.org, resumen la filosofía del movimiento Slow.

Lo que empezó en 1989 con la protesta de un periodista italiano, molesto con la apertura de un restaurante de comida rápida en la Plaza de España de Roma, se ha convertido en una concepción de la vida opuesta a las prisas. El movimiento Slow tiene derivaciones hacia todos los aspectos de nuestro quehacer cotidiano: la forma de comer, la forma de trabajar, la forma de relacionarnos con los demás… Y por ello han surgido iniciativas como slow food y sus fundaciones Terra Madre y Slow Food para la Biodiversidad, o las slow cities, una red de ciudades de no más de 50.000 habitantes que se comprometen a cumplir una serie de requisitos para favorecer la calidad de vida. Esta forma de pensar y actuar se extiende también a áreas como los viajes, los libros, las escuelas, el trabajo y el dinero.
Como dice uno de los miembros de Slow People, “una cosa es acelerar al adelantar a un camión y otra vivir como si siempre estuviésemos adelantando camiones…” Quizá vivir tan acelerados nos impida ser más conscientes de los secretos de la vida.

Cuento del escorpión (en www.slowmadrid.com)
Un maestro oriental que vio cómo un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el escorpión le picó.
Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo se estaba ahogando. El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión le volvió a picar.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo:
-"Perdone, ¡pero usted es terco!´-
-"¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua le picará?"-.
El maestro respondió:
-"La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".
Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad; otros la crean. Tenlo siempre presente.  

 Más info en
http://www.reforesta.es/pdf/Correo29.pdf

http://www.slowmadrid.com

http://www.slowpeople.org
Artículo elaborado por Miguel Á. Ortega, para el nº 39 de El Correo del Medio Ambiente



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