sábado, 21 de enero de 2012

Pisando la Tierra (huella ecológica y biocapacidad)

Por Miguel Ángel Ortega
Consumo sostenible: es el que se ajusta a los límites físicos del planeta, de manera que el ritmo de gasto de recursos naturales no supera al de su renovación por los ciclos naturales y por la propia intervención humana. 

Pero, ¿cómo se mide el consumo sostenible? Para analizar si el consumo de recursos de un país o región es o no sostenible se utilizan los conceptos de huella ecológica y de biocapacidad. La diferencia entre ellos permite saber si ese país es deudor ecológico (huella mayor que su biocapacidad) o acreedor (la huella es inferior).



La Huella Ecológica mide la demanda de la humanidad sobre la biosfera en términos del área de tierra y mar biológicamente productiva requerida para proporcionar los recursos que utilizamos y para absorber nuestros desechos.

En 2005, la Huella Ecológica global fue de 17.500 millones de hectáreas globales (hag), es decir 2,7 hag por persona. En cuanto a la oferta, el área productiva total, o sea, la Biocapacidad, fue de 13.600 millones de hag, es decir 2,1 hag por persona.

La huella de la humanidad excedió la biocapacidad total de la Tierra por primera vez en los años ochenta; este exceso ha ido en aumento desde entonces. En 2005, la demanda fue un 30% mayor que la oferta (WWF: Informe Planeta Vivo 2008). 

Al ritmo de consumo actual, en 2030 necesitaremos dos planetas

Acreedores y deudores

Los principales informes sobre deuda ecológica son el Global Footprint Network y el Índice Planeta Vivo. Los datos de Gabón proceden de este último informe, y son de 2005.

Huella y deuda ecológicas en cifras (Hectáreas / persona. Datos procedentes de Global Footprint Network, 2006)

Grupo de países
Huella
Biocapacidad
Saldo
Mundo
2,6
1,8
-   0,8
Ingresos altos
6,1
3,3
 - 2,8
Ingresos medios
1,8
1,7
-    0,1
Ingresos bajos
1,0
1,0
0,0

El mundo desarrollado financia su deuda ecológica con recursos de los países empobrecidos
Los países más consumistas: Emiratos Árabes y EEUU, con 10,3 y 9 has/persona respectivamente. Los más austeros: Haití (0,5), República Democrática de Congo y Pakistán (0,7 has/persona cada uno)

Los que disponen de más biocapacidad: Gabón (25 has/persona), Bolivia (19,3) y Congo (13,2). Los que menos Haití e Irak, con 0,2 has/persona.

Los grandes deudores: Emiratos Árabes (- 8,9 has/persona) y Kuwait (- 7,4). Los grandes acreedores: Gabón (23,7) y Bolivia (16,9).


España, sexta mayor huella de Europa y undécima mayor deuda del mundo

Se habla mucho en los últimos años de la deuda económica española, pero nada de la deuda ecológica.  Pues bien, para atender sus necesidades de consumo y evacuar sus residuos, cada español consume 4,3 hectáreas más de las que dispondría si ajustara su consumo y producción de residuos a la biocapacidad del territorio español. Ello significa que nuestro modelo de vida se mantiene gracias a una ingente entrada de recursos procedentes de otros países. No es de extrañar que esta situación se corresponda, en lo económico, con una deuda muy elevada y con un déficit por cuenta corriente que está entre los mayores del mundo.

Nuestra huella ecológica era en 2006 de 5,6 has/persona, lo que nos sitúa en sexto lugar del ranking europeo, empatados con Suiza. Y nuestra deuda, de 4,3 has, la quinta europea (de nuevo empatados con Suiza) y la número once del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario