martes, 22 de mayo de 2012

Impacto del cambio climático en la biodiversidad española

Biodiversidad y ecosistemas, elementos imprescindibles para la vida humana

   Los servicios de los ecosistemas son los servicios que las personas recibimos de los ecosistemas y que mantienen directa o indirectamente nuestra calidad de vida. En el estudio La Evaluación de los Ecosistemas del Milenio (EM) se clasifican en cuatro tipos: 1) de provisión (alimentos, agua, energía); 2) de regulación (como la purificación del agua y la regulación climática); 3) culturales (educación, ocio) y 4) de soporte, que mantienen todos los demás servicios (ciclo de nutrientes, formación del suelo). 
   Según el informe Cambio Global en España 2020/2050,  los ecosistemas constituyen un capital natural que es necesario conservar para disponer de servi­cios como la regulación del clima, fijación de carbono, fertilidad del suelo, polinización, filtración de contaminantes, provisión de agua limpia, control de las inundaciones, recreación y valores estéticos y espirituales (Daily, 1997). Estos servicios de los ecosistemas tienen consecuencias en la prosperidad de la sociedad humana, y no sólo en su economía, sino también en la salud, las relaciones sociales, libertades o la seguridad”. Este informe relata también que “estudios como la EM (2005), primero, y el proyecto TEEB (2009), han demostrado que desde un punto de vista económico, la inversión en el mantenimiento y el restablecimiento de los servicios de los ecosistemas representa un seguro para el futuro”.

Impacto del cambio climático en la biodiversidad española
   El territorio español cuenta con 10.000 especies de plantas diferentes. De ellas, las vasculares representan el 80% de las existentes en la Unión Europea y casi el 60% de las que se hallan en todo el continente. En cuanto a la fauna, la península Ibérica se caracteriza, también, por poseer la mayor riqueza biótica de Europa occidental con un total de entre 50.000 y 60.000 especies animales, más del 50% de las especies existentes en la Unión Europea. Además, España goza de una gran variedad de hábitats, con 121 tipos diferentes, lo que supone el 54% del total de los existentes en toda la Unión Europea.

   El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, elaborado por el Gobierno de España, resume el impacto previsto del calentamiento global sobre cuatro componentes de nuestra biodiversidad: ecosistemas acuáticos, ecosistemas terrestres, biodiversidad vegetal y biodiversidad vegetal. A continuación extraemos algunas de sus conclusiones.

   Ecosistemas acuáticos continentales. Con un gran nivel de certeza se puede asegurar que el cambio climático hará que parte de los ecosistemas acuáticos continentales españoles pasen de ser permanentes a estacionales; algunos desaparecerán.
   Los ecosistemas más afectados serán: ambientes endorreicos (La Mancha Húmeda, por ejemplo), lagos, lagunas, ríos y arroyos de alta montaña (1600-2500 m), humedales costeros y ambientes dependientes de las aguas subterráneas.
   Los ecosistemas acuáticos de Doñana, el espacio más emblemático en la conservación de la naturaleza en España, se verán afectados por el cambio climático en su hidroperíodo, ciclos biogeoquímicos, tasas de colmatación de las marismas y composición de sus comunidades biológicas, disminuyendo su biodiversidad.
Se considera que las posibilidades de adaptación de los ecosistemas acuáticos continentales españoles al cambio climático son limitadas.
   Ecosistemas terrestres. Los efectos del cambio climático difieren para los ecosistemas de la región Atlántica, limitados por temperatura, y para los de la región Mediterránea, limitados por agua. Mientras la productividad podría aumentar con el cambio climático en los primeros, posiblemente disminuya en los segundos.
   El cambio climático alterará la fenología y las interacciones entre especies, se producirán migraciones altitudinales y extinciones locales. La expansión de especies invasoras y plagas se verá favorecida, aumentará el impacto de las perturbaciones, tanto naturales como de origen humano, y afectará a la estructura y funcionamiento de los ecosistemas terrestres.
   Los ecosistemas que se encuentran en su límite ecológico o geográfico (formaciones cuyo balance hídrico es cero, ecosistemas dominados por especies relictas de climas pasados, ecosistemas de alta montaña, ciertas formaciones de zonas áridas) son los que se verán más afectados por el cambio climático. Se pueden citar algunos ejemplos: entre los ecotonos, el límite inferior del bosque determinado por la aridez es donde con mayor rapidez se podrán sentir los efectos del cambio climático; los melojares de Quercus pyrenaica se expandirán a expensas de robledales y bosques atlánticos y los fragmentos aislados de estos últimos que quedan dispersos en  rincones del Sistema Central (Peña de Francia, Sierra de Gredos, Sierra de Guadarrama) tenderán a desaparecer; los componentes boreo-alpinos de los pastizales de alta montaña en el Pirineo catalán son y serán los mas afectados por el calentamiento.
   Biodiversidad vegetal. Se producirán dos efectos antagónicos: el calentamiento por un lado y la reducción de las disponibilidades hídricas por el otro. La «mediterraneización» del norte peninsular y la «aridificación» del sur son algunas de las tendencias más significativas.
   La vegetación de alta montaña, los bosques y arbustedas caducifolios sensibles a la sequía estival, los bosques esclerófilos y lauroides del sur y suroeste peninsular y la vegetación litoral se cuentan entre los tipos más vulnerables.
   Biodiversidad animal. El cambio climático producirá cambios fenológicos en las poblaciones, con adelantos (o retrasos) en el inicio de actividad, llegada de migración o reproducción. Cabe esperar desajustes entre predadores y sus presas debidos a respuestas diferenciales al clima.
   Las zonas más vulnerables al cambio climático son las zonas costeras, humedales, cursos de agua permanentes -que pasarán a estacionales- y estacionales, que tendrán un caudal más irregular o incluso desaparecerán, zonas de alta montaña y pastizales húmedos. La vulnerabilidad es máxima para hábitat específicos (sobre todo de montaña) totalmente aislados que albergan fauna endémica que no tiene capacidad de migrar o dónde no existe la posibilidad de crear corredores naturales o no hay lugares hacia donde migrar. Con el cambio climático podrían desaparecer a corto plazo poblaciones importantes y a medio plazo la totalidad de sus hábitat disponibles.

   El Plan Nacional de Adaptación realiza varias propuestas para enfrentar el fenómeno, como estudiar de forma continua la evolución de distintos indicadores, incorporar el cambio climático como variable a considerar en los proyectos de restauración de sistemas ecológicos y promover la existencia de la mayor variabilidad genética posible en los ecosistemas, como base de la capacidad adaptativa.

   Es mucho lo que nos jugamos y, por tanto, es grande la voluntad y constancia que entre todos debemos sumar para amortiguar el empobrecimiento material y espiritual de nuestras vidas que representa la amenaza del cambio climático.
Por Miguel Á. Ortega
Foto: Acentor alpino, por Rubén Bernal









1 comentario:

  1. INCREIBLE
    Investigación de 26 años en Colombia produjo dos innovaciones tecnológicas MUY RENTABLES, importantes para EVITAR el cambio climático: 1. Un nuevo sistema de transporte terrestre limpio y 2. Una nueva forma ecológica de generar energía renovable a mitad de costo.
    Estamos buscando la forma de entregarle al mundo estas innovaciones, regalamos las patentes al que quiera y pueda desarrollarlas, un gran negocio y no hemos podido encontrar interesados, S.O.S.
    martinjaramilloperez@gmail.com

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