miércoles, 9 de enero de 2013

¿Cambiará 2013 la indiferencia de la gente ante el cambio climático? La psicóloga Ro Randall responde


   La crisis económica ha robado protagonismo a la lucha contra el cambio climático y estamos perdiendo un tiempo precioso. Lo reconoce en un reciente informe incluso una institución tan poco sospechosa de cometer excesos ecologistas como el Foro Económico Mundial, conocido también como Foro de Davos.
El diario británico The Guardian pidió a Ro Randall que escribiera su pronóstico sobre la actitud general ante el cambio climático en este año que acaba de comenzar. Randall lidera el programa Carbon Conversations, cuya finalidad es ayudar a detectar y vencer las resistencias psicológicas al cambio de actitud que se precisa para hacer frente al cambio climático. En esta entrada traducimos algunos párrafos que nos han parecido especialmente interesantes. El artículo original en inglés puede leerse aquí.

   Hace tres años, en diciembre de 2009, mi hijo volvió de la 15 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de Copenhague (COP15). Había estado allí con UNFairplay, la ONG que él y algunos amigos fundaron para ayudar a los pequeños países que no pudieron financiar suficientes delegados para asistir a la marea de reuniones y digerir la masa de papeles. Trabajó con la delegación de Kiribati, una pequeña isla del Pacífico que ya está experimentando los efectos del cambio climático. Estaba pálido, exhausto y callado, con el fracaso de la conferencia grabado en su cara. El tren hacia el Puerto del que salía el ferry se retrasó. “Casi perdemos el barco” dijo. Para Kiribati no hubo un casi. La COP15 fue el día en que el mundo perdió el barco y el paisaje politico y psicológico cambió.

   Este año las noticias sobre la COP18 en Doha han sido escasas. Ni The Guardian ha informado sobre el resultado en su edición impresa (aunque su cobertura online ha sido buena). En los tres años que separan estas dos conferencias, el interés del público por las noticias sobre cambio climático se ha desvanecido.  El paisaje psicológico parece ser de indiferencia.  Las preocupaciones parecen haberse evaporado. Los lobbies se mueven confiados. Las compañías de exploración petrolífera están alegres y sin complejos. Entre las clases medias volar vuelve a ser correcto.

   Para la mayoría de los negocios, en sus actuales formas, la Sostenibilidad es una contradicción; la llamada triple dimensión es una ilusión.  El crecimiento económico continuado indefinidamente destruirá el mundo natural del que dependemos. Muchas empresas que nos resultan muy familiares, que nos proporcionan salarios y cotizan para nuestras pensiones, no tienen lugar en un mundo bajo en carbono. Deben desaparecer  o, al menos, disminuir su tamaño. El capitalismo necesita transformarse para proveer lo que es necesario, en lugar de suministrar todo aquello que pueda imaginarse.

   Para la mayoría, estos hechos son innombrables. Pueden ser vociferados por los activistas y susurrados ocasionalmente en los consejos de administración, pero raramente emergen en el discurso popular o en las decisiones de negocio. Quedan bajo la superficie de las buenas intenciones y de las pequeñas mejoras, contribuyendo a los incómodos sentimientos que dominan el paisaje social.

   Estas son las cuestiones que el mundo de los negocios necesita afrontar en 2013. Si lo hiciera (públicamente y con eficacia), cambiaría el malestar  en el “paisaje psicológico”. Mi predicción para 2013 es que no lo hará. Por favor, demuestrenme que estoy equivocada. 

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