Hace poco asistí a una
jornada sobre valoración de ecosistemas en la que uno de los ponentes,
estadounidense, contó su experiencia. Se dedica ahora a los mercados de
ecosistemas (www.ecosystemmarketplace.com),
un mundo en el que es pionero y al que ha llegado, según reconoció, después de
haberse decepcionado con otras fórmulas para la protección de la naturaleza que
no dieron resultado. Expresó su confianza en que la creación de mercados
ambientales sí funcionará.
Mediante estos mercados
ambientales se intenta dar un valor económico a los servicios que proveen los
ecosistemas. El ejemplo más notorio son los créditos de carbono que se emplean
para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del
calentamiento global. También hay ya créditos de naturaleza procedentes de
bancos de hábitats, que facilitan la aplicación de medidas compensatorias del
impacto ambiental provocado por obras de ingeniería, construcciones, planes
urbanísticos, etc.